Periodización de la dictadura
“[…] se ha buscado clarificar la exposición mediante
la utilización de un criterio de periodificación que pudiera funcionar a la vez
como eje orientador de todo el trabajo. Es así que hemos seguido puntualmente
la periodificación diseñada por el politicólogo uruguayo Luis E. González, la
que en su parte medular plantea que los doce años del régimen autoritario
reconocerían tres etapas claramente distinguibles:
1) la etapa de la “dictadura comisarial”, que se
extendería entre 1973 y 1976;
2) una segunda que dicho autor denomina del “ensayo
fundacional”, que se prolongaría hasta 1980;
3) y finalmente la última, dominada por la
“transición democrática” y que concluiría “formalmente” —aunque no en muchos
aspectos sustantivos— con la asunción de las autoridades legítimas en 1985.
El registro de estas tres etapas sucesivas permite a
nuestro juicio una aproximación valedera a lo que constituyó la trama y el
itinerario fundamentales del régimen militar, al tiempo que también refiere a
la evolución en las respuestas de la sociedad civil ante los desafíos
supervinientes de los cambios de contexto. A su vez, cada una de esas tres
etapas se identifica con “momentos” y “proyectos” especialmente significativos
del período de la dictadura.
Durante el primer período de la llamada “dictadura
comisarial”, lo políticamente distintivo podría sintetizarse en esa perspectiva
como la carencia de un proyecto político propio del régimen, sumado a una
intención manifiesta en la tarea de “poner la casa en orden”, para reconstruir
luego una vida política “saneada”, más o menos democrática.
De acuerdo siempre a la periodificación de González,
en 1976 se opera un cambio cualitativo del régimen autoritario inaugurado en
1973, abriéndose la etapa del “ensayo fundacional”, en la que se busca echar
las bases del nuevo orden político a construir. Se enfatiza que en el caso
uruguayo (a diferencia de lo ocurrido en otros países latinoamericanos) la
dictadura nunca habría llegado a configurar un verdadero “proyecto
fundacional”, por lo que se prefiere hablar tan solo de “ensayo”.
En esa misma dirección, el proyecto de reforma
constitucional plebiscitado en 1980 habría configurado el modelo final del
“orden político” ideado por el régimen. Su rechazo, al tiempo de cerrar
definitivamente el “ensayo fundacional”, abrió el campo a la “transición” hacia
la democracia.
En realidad, “lo comisarial”, “lo fundacional” y “lo
transicional”, además de referir —como veremos— los énfasis de cada una de esas
etapas señaladas, constituyeron tendencias que de algún modo siempre
coexistieron al interior del régimen. La dictadura en este sentido osciló con
frecuencia entre lo restaurador y lo innovador, entre la “vuelta” a “lo viejo”
y la “fundación” de “lo nuevo”, en un juego pendular que muchas veces sustentó marchas
y contramarchas en diversos niveles de la política gubernamental.”
Extraído de: Caetano, G. y J. Rilla: “Breve historia de la dictadura”, EBO, 1987, págs. 9-10
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